Ambición

La ambición, esa famosa palabra que usamos sobre todo para describir la actitud que tienen aquellas personas que tienen por objetivo tener más de algo en concreto de la vida.
Normalmente, se relaciona con el mundo laboral: tener mejor puesto, trabajar para una empresa potente, tener mayores conocimientos, adquirir mayor poder. Pero la ambición, desde ese punto de vista, para algunos puede ser algo negativo, para otros está relacionado con su crecimiento profesional.
No obstante, el ideal es tener más de algo, desear más de algo que ya se tiene o llegar a obtener, poseer algo que aún no se tiene.
Cuando decimos que una persona es ambiciosa, la connotación normalmente no es positiva, es decir, llegamos a pensar que esa persona solo tiene en mente un objetivo y que además es capaz de vender su tiempo para alcanzar dicho objetivo.
La ambición puede ser tener un mejor trabajo, sí, pero también puede ser tener mayor tiempo para tu familia, tener mayor tiempo para ti, alcanzar objetivos personales. Por lo que mientras podemos llegar a pensar que una persona no es ambiciosa, porque pone por delante su tiempo frente a el trabajo, podemos ver que realmente si es ambiciosa solo que esa ambición está centrada en sí misma y en su tiempo, es una ambición personal y no profesional.
Cuando trabajamos en sesiones, la consecución de objetivos, una de las primeras partes que revisamos son las diferentes áreas de la vida de la persona y cuál de ellas está más trabajada, más desarrollada frente a otras.
Entre las diferentes áreas que puedes encontrar están: el trabajo, la familia, tu relación con la pareja, tu desarrollo personal, tu desarrollo espiritual, tu salud, tus aficiones, tu relación con el mundo
Ahora, te invito a que valores con respecto a estas diferentes áreas ¿dónde crees tú que está tu ambición?, o más bien ¿en qué parte está centrada tu ambición y por qué no en otras?.
Una vez identificado esto valora cómo te sientes y anímate a desarrollarte, descubrir que también puedes lograr el bienestar.
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